No sé cuánto tiempo te busqué. Nuestro amor de primavera se esfumó en medio de la nada. Pasaron los años y la calidez veraniega de nuestros cuerpos se fue sofocando poco a poco sin llegar a consumirse por completo. Hoy, después de tantos intentos, pude ver tu rostro de otoño, pálido y con marcas profundas del tiempo, en medio del frío invierno de nuestras vidas.
(Texto seleccionado en el VIII
Concurso de microrrelatos "Otoño e invierno", Diversidad Literaria,
Madrid/Año 2024)