El joven expresó en su discurso el hecho de sentirse impotente ante esa política absorbente que hipnotiza con sus palabras, atrayendo a la muchedumbre hacia su entorno, cautivándolos como corderos destinados al sacrificio hasta apoderarse de sus sentidos para luego succionar sus voluntades cual vampiro que chupa la sangre de sus víctimas para mantenerse activa, aprovechándose del pueblo y haciéndolos comportarse como zombis en una sociedad que solo espera la orden para actuar sumisamente bajo los encantos de los vampiros de la política.
(Texto seleccionado en el II Concurso de microrrelatos sobre vampiros
"Crónicas microvampíricas", Diversidad Literaria, Madrid/Año 2023)
