Gritos de desesperación se escucharon entre los presentes. Ojos desencajados y la mueca de la muerte desdibujada en sus rostros. Una guerra desenfrenada entre el bien y el mal. El temor acrecentó el miedo de los guerreros. El pánico hizo acto de presencia y venció. No hubo escapatoria. Un frío sepulcral arreció avisando el fin de la contienda. No hubo escapatoria. Todo concluyó.
(Texto seleccionado en el IV Concurso de microrrelatos de terror "Microterrores"- Diversidad Literaria, Madrid/Año 2018.)
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