Ella,
solamente ella, se atrevía a atravesar el umbral de la indiferencia. No pensaba
en nadie más. Sólo en ella. Era tanta su abstracción que no lograba situarse en
ningún punto cardinal. Sólo sus cabellos mojados en el café la hacían regresar
de ese viaje astral que le permitía perderse en la nebulosa de la nada.
(Texto seleccionado en el II
CONCURSO DE MICRORRELATOS SOBRE LA MUJER "ELLAS", Diversidad
Literaria, Madrid/Año 2017.)
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