jueves, 11 de octubre de 2018

ANASTASIA

- ¿Por qué no acudiste a tiempo, Anastasia? Te hubiese ayudado – Asintió el Oncólogo.
Sin un ápice de expresión en su rostro desencajado, no podía ocultar la tragedia que marcaba su vida. No había otra salida. Su fin era inminente. Sin dinero, ni esperanza, ni salud; con una escuálida lágrima rodando por su mejilla, respondió:
-       ¿Acaso usted me ha exonerado la consulta?




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