Había comenzado a escribir. Nada se me ocurría. Busqué en el firmamento la inspiración que faltaba. En un instante, tu resplandor me cautivó. Traté en vano de alcanzarte con mis manos, pero mis brazos no lo lograron. Pude observar que un lucero te acompañaba. La combinación perfecta. Pero sólo pude escribir una línea que me hechizó: “Yo soy la luna; tú, mi lucero.
(Texto seleccionado en el I Concurso de microrrelatos "Luz
de luna", Diversidad Literaria, Madrid/Año 2020)
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