Y la vida pasó delante de él en un abrir y cerrar de ojos. En un instante, el tiempo marcó el recorrido en medio de sus marcadas líneas de expresión socavando su piel marchita y apocando la claridad y lucidez de su rostro, llevándole a reconocer que se encontraba en el inevitable atardecer de su existencia.
(Texto seleccionado en el VI
Concurso de microrrelatos sobre el atardecer “MicroAtardeceres”, Diversidad
Literaria, Madrid/Año 2023)
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