No podía creer lo que le estaba pasando, Andalucía lo hipnotizó; y mientras, en el café, la bella bailaora sevillana que se encontraba en el tablao cautivaba a todos los presentes con sus sensuales movimientos corporales y el cautivador taconeo, al son de las palmas flamencas, al ritmo y estilo de los tocaores y al mágico sonido de las castañuelas. Y ¡Olé!
(Texto seleccionado en el II Concurso de microrrelatos "Pongamos
que hablo de Andalucía”, Diversidad Literaria, Madrid/Año 2023)
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